6 de agosto de 2009

Dependencia de la tecnología.

No cabe duda que la tecnología nos trae una infinidad de beneficios y facilidades para nuestra vida cotidiana, pero depender de ella contando con que siempre estará ahí es un gran error.

Tal es el caso mío que expondré a continuación.

Hace un par de meses estaba acostumbrado a utilizar una primitiva herramienta de transporte ya casi extinta y reemplazada. La bicicleta.

Pero por flojera y buscar facilitar mi vida opté por abandonar mi saludable hábito y lo reemplacé por un vehículo de combustión interna. Una pequeña motoneta de 100 cc reemplazó durante las últimas semanas a mi bicicleta.

Debo admitir que pensaba usarla solo un par de días en lo que reparaba mi bicicleta descompuesta. Pero jamás la reparé y preferí quedarme con la comodidad de la motito, ir a cualquier lado llenando el tanque con 20 pesos es una gran ventaja, amplio espacio para acomodar cosas etcetera.

Ayer (el martes) se ponchó. Tuve suerte de que días antes mi hermano reparó las tres bicicletas de la casa. Así que me vi en la necesidad de utilizar el rudimentario artefacto, durante el trayecto a casa de mi novia surgió un nuevo inconveniente. La llanta se ponchó. Ahora estaba sin bicicleta ni motocicleta, Belén me hizo el favor de llevarla a arreglar y para hoy (ayer) estuvo en completo funcionamiento una ves mas.

El regreso a casa siempre ha sido mas pesado que la ida a casa de Belén y anoche di cuenta de ello. El inicio fue sencillo, un par de cuadras de bajada y posteriormente la mayor parte del camino es en subida. Vaya que se pierde rápido la condición cuando uno deja de hacer ejercicio, esa sencilla trayectoria que recorría todos los días ayer me causó mucha dificultad, llegué cansado, sudando a chorros, con el corazón muy agitado y con ganas de escribir una entrada.

La tecnología nos facilita la vida de una manera impresionante, hace un par de siglos ni siquiera habrían imaginado que tendríamos lo que tenemos actualmente y mucha de la gente que tiene el privilegio de vivir en una era con tanta tecnología ni siquiera se da cuenta de lo "afortunado" que es.

En cambio la vemos como algo cotidiano y nos volvemos dependientes a ella, basta con recordar en mis tiempos de bachiller, a mis compañeras les aterraba el hecho de estar un día, así es un día sin el jodido celular, ¿que pasaría si una ciudad dejara de tener energía eléctrica o internet durante una semana?

Bueno, ese pequeño paseo en bicicleta me enseñó que no debo depender de la tecnología y mucho menos de los motores de combustión interna que en unos años serán obsoletos.

Éxito.