24 de abril de 2009

Corazón de Pollo

Hoy desperté triste.

Desde hace ya varios días teníamos la idea de regalar a la chucha, por ser nuestra casa un negocio de comida no es higiénico tener mascotas y últimamente estaba soltando bastante pelo. Había que barrer varias veces al día y los sillones eran un desastre.

Al inicio me resistía a la idea, pero después entendí que era lo correcto, así que solo quería que tuviera un buen hogar.

A pesar de ser fina, obediente e inteligente no encontramos de momento a algún conocido que la quisiera.

Pero entonces ayer pasó la policía, llevaban unos perros a un parque a entrenarlos, mi hermanos habló con uno de ellos y les mostró la chucha para ver si les servía, ellos dijeron que si y antes de que me diera cuenta ya se la habían llevado.

Quizá esto suena absurdo puesto que es solo un perro, pero aun así no puedo evitar sentirme triste.

Ya no será igual que antes, aunque a veces era enfadosa, mordía los peluches de mi madre, me destruyó una camisa, como 4 controles de aparatos electrónicos, zapatos de mi hermano y un celular casi nuevo, también de mi hermano entre otras tantas dagas, la voy a extrañar mucho.

Lo peor es que no la tiene un conocido por lo que no se donde está y nunca podré visitarla.

Estas cosas pasan, no debí encariñarme tanto de ella, aunque si tan solo hubiera podido decirle adiós.