La puerta de vidrio
Cuando fui a hacer un pago a un establecimiento me tocó una fila de unas 10 personas, la fila hacía que yo quedara justo en la entrada del establecimiento, de esos lugares que tienen sus muros y puertas de cristal, muy elegante y moderno (si claro).
Mientras observaba la puerta un recuerdo vino a mi mente, de cuando trabajaba de mensajero hace ya varios años. Yo hacía pagos en bancos, depósitos, recogía documentos con los notarios etc, era un mil usos, hacía casi de todo, una ves me mandaron al mercado de abastos a comprar gallinas. En fin ese no es el punto.
Una ocasión fui a una notaría que quedaba cerca de la oficina, tenía una puerta de vidrio con una manija pegada a la puerta con la cual abrías con simplemente jalar, pero estaba cerrada, era de esas que se abrían automáticamente a la hora de marcar algo en el teléfono. Estaba un señor fuera de la notaría, no notó el letrero casi gigante que decía "TIMBRE" y el muy troglodita llegó y trató de abrir la puerta con un ligero jalón. Lógicamente no se iba a abrir puesto que estaba cerrada, entonces aquel hombre de mediana edad resolvió el acertijo (no de la manera mas conveniente pero lo resolvió). En algún lugar de su cerebro algo dio la indicación de que si no podía abrir jalando la manija de manera normal, si la jalaba con todas sus fuerzas si abriría.
Recuerdo que después de analizar la puerta (y aun no me explico como no vio el letrero de "TIMBRE") le dio un jalón descomunal y todo el vidrió quedó estrellado masivamente, las grietas casi partieron el vidrio, haciendo uso de técnicas secretas de concentración logré evitar soltar una carcajada que habría sonado de ahí a dos cuadras.
Después de hacer su gracia la secretaria se percató de que estaba alguien detrás de la puerta, aquel sujeto estaba asombrado y tenía una cara de pendejo que no se imaginan y lo mejor es que actuaba como si nada hubiese pasado, a que cosas.
Éxito.
<< Inicio